lunes, 11 de abril de 2016

José Suárez y Mariñeiros (1938)


José Suárez es un fotógrafo y documentalista gallego al que Cifesa contrata para hacer varios  de los documentales de la serie sobre España con los que quería acompañar sus películas comerciales. El tema del primero de ellos es los marineros de Galicia. Comienza a rodar en junio de 1936, pero vence la sublevación militar en tierras gallegas y José Suárez deja sin terminar Mariñeiros. Es más, huye a Lisboa porque teme por su vida, es decir, sería una persona non grata para los golpistas. A finales de 1936 se traslada a Argentina y se establece en Buenos Aires. El hecho de que su mujer no quiera acompañarlo en el exilio es para él especialmente doloroso.
En mayo de 1937, la revista argentina Cinegraf publica un reportaje fotográfico con las instantáneas que Suárez había tomado al mismo tiempo que rodaba el filme. Son las mismas fotografías se exponen en la Asociación de Amigos del Arte. Lo relevante es que Cinegraf informa de que la película estaba terminada al estallar la guerra. Solo quedaba el proceso de rebelado. Pero Cifesa no quiere llevar la copia a Madrid porque la industria está en manos de la revolución. La solución es Lisboa. El problema es que, como sin el revelado no se puede saber el contenido de las latas, la censura militar franquista impide su salida. Las autoridades militares temen que contengan imágenes contrarias al Movimiento. Finalmente, ante el peligro de que la emulsión se pierda,  se permite el traslado de las latas a Lisboa y allí se revelan.
En marzo de 1938, Cinegraf vuelve a hablar  de la película y recoge información facilitada por Cifesa que añade datos contradictorios con lo anterior. Dice, en primer lugar, que la película fue rodada en pleno apogeo de la guerra y que el rodaje ha durado 18 meses. Esta información puede ser perfectamente falsa a fin de que la película pase por una producción reciente y no por un filme abortado. La revista añade a continuación que los negativos fueron llevados a Buenos Aires por el propio José Suárez, el cual ha montado la película en los laboratorios porteños, de modo que será el primer caso de una película española terminada en Argentina y estrenada en el extranjero antes que en España. Esta información es totalmente novedosa y vendría a decir que Suárez se llevó consigo la película cuando dejó Lisboa a finales de 1936.
Lo cierto es que, dada la alta presencia de gallegos en Argentina y la necesidad de material para proyectar que tiene Cifesa con el fin de seguir manteniendo su éxito en aquel país, Mariñerios termina en la Argentina. Esto indica, por otro lado, que la huida de Suárez de la España sublevada es compatible con que trabajase con una empresa franquista como Cifesa, la cual en absoluto esconde su nombre en la publicidad del filme, al contrario. Lo mismo revela que las fotos se publiquen en una revista conservadora como Cinegraf, favorable a Franco.
Lo que Suárez monta en Buenos Aires es un filme de 52-60 minutos mudo, con breves diálogos sincronizados que suplen los rótulos y música también sincronizada a base de canciones gallegas directamente recogidas de las gentes del lugar y música de gaitas. En cuanto a su contenido, pretende ser un romance sobre los pescadores gallegos. Presenta en detalle su actividad pesquera: la preparación de las redes, la salida de los barcos, la faena en el mar, la clasificación de los peces y el regreso. Al mismo tiempo que se narra el nacimiento de un niño y la muerte de otro.
Cifesa estrena Mariñeiros el viernes 29 de julio de 1938 en el Teatro Avenida acompañando a la película mexicana No basta ser madre (1937). Ambas están 15 días en cartel, lo que supone cierto éxito. Un atractivo añadido es que actúan en estas sesiones los coros de las sociedades gallegas en Argentina. No sabemos si acompañado las imágenes o como una tercera parte del programa. En cualquier caso, el estreno de Mariñeiros es un acto importante dentro de la comunidad de gallegos en Buenos Aires. El Heraldo elogia su magnífica fotografía, compara el filme con Hombres de Arán (Man of Aran, 1934), de Robert J. Flaherty, y señala que es un excelente complemento para cualquier película. Después de la guerra, Mariñeiros se presenta en España. Al menos nos consta su estreno en el Salón Imperial de Sevilla el 11 de junio de 1942.
Terminada Mariñerios, José Suárez intenta abrirse camino en el cine argentino. Dirige La Mujer y el Jockey (1939), de la que se alaba su a factura técnica excelente, y consigue un premio a la mejor fotografía por Malambo (1942). Pero en el cine comercial no encuentra vías para desarrollar su talento y decide dedicarse a la fotografía. Trabaja como fotógrafo para el diario La Prensa, que le designará corresponsal en Uruguay y Japón. En 1959 regresa a España.


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